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Trucos

A ritmo de salsa: trucos e ingredientes para bordar las salsas

La salsa líquida, poco a poco

Los caldos caseros, de los más comunes en nuestras mesas. Llenos de sabor y perfectos para combinarlos con primeros platos. Aunque también hay muchas otras salsas hechas con tomate, lácteos o vino. Sea cual sea, siempre debemos añadirlos poco a poco, diluyéndolas lentamente para que se mezclen bien. Una vez disuelto, añadimos el resto de líquido y lo dejamos al fuego hasta que tenga consistencia deseada

Cómo espesar una salsa

Hay varias maneras de conseguirlo. Te explicamos tres de ellas. Podemos reducir la salsa, dejándola a fuego lento, hasta que espese; también añadiendo un poco de harina de maíz disuelta en agua fría en la salsa podemos conseguir este efecto o bien añadir unos copos de puré de patata para dar cuerpo a la salsa.

3 salsas clásicas para triunfar

Bechamel: mezclamos la misma cantidad de mantequilla y harina en una sartén y vamos calentando hasta que quede espesa. Poco a poco vamos incorporando leche, dejando que la pasta la vaya absorbiendo y cuando veamos que ya la ha absorbido añadimos un poco más. De esta manera conseguimos que no queden grumos.

Salsa española: todo un clásico en nuestras mesas. Basta con mezclar 30g de mantequilla con 30g de harina. Después tostarlos hasta que coja un color oscuro. Vamos añadiendo un caldo concentrado de carne y dejamos reducir a fuego lento durante unos 20 minutos.

Salsa holandesa: batimos 3 yemas de huevo hasta que veamos que empiezan a espesar; posteriormente añadimos un poco de zumo de limón. Cuando emulsione, vamos echando la mantequilla clarificada (sin suero) hasta que nos quede con la textura deseada. Para que no se nos corte te recomendamos hacer esta salsa en un baño María, a unos 45°. Salpimentamos y… ¡listo!

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